Bricolaje y decoración se alinean con los herrajes decorativos

Bricolaje y decoración se alinean con los herrajes decorativos

Bricolaje y decoración.

Solo les quedaría que les escribieran una canción y, que nadie se sorprenda porque, probablemente, acabará ocurriendo.

Bricolaje y decoración, decoración y bricolaje llevan unidos, juntos, y revueltos desde que el arte empezó a tener un hueco en la vida cotidiana, es decir, desde siempre.

Arte: Actividad en la que el ser humano recrea, con una finalidad estética, un aspecto de la realidad o un sentimiento en formas bellas valiéndose de la materia, la imagen o el sonido.

¿A que todo encaja?

Después de una historia tan larga, de complicidades, de rupturas provocadas por seguir diferentes tendencias, -breves, eso sí, que su larga historia ha dejado claro no pueden vivir el uno sin el otro, que no hay manera- después de reencuentros apasionados y de tantos y tantos “vuelta a empezar”, no hay más remedio que aceptar, sin derecho a réplica que el bricolaje y la decoración han sido, son y serán, la pareja del momento.

Y como un amigo del alma, de esos que vela porque su pareja de amigos siga viviendo su preciosa y pluscuamperfecta historia y da lo mejor de si por conseguirlo, está en primera línea el herraje decorativo, como concepto, como revulsivo, como apoyo, como impulso, como cómplice e, incluso, como incómodo invitado cuando bricolaje y decoración viven uno de sus escasos y breves desencuentros.

Bricolaje, decoración y herrajes decorativos ¿podríamos hablar de trío? Podríamos, pero no sería acertado, no se correspondería con la realidad porque bricolaje y decoración son, casi siempre, dos en uno y los herrajes decorativos van por libre, tienen su propia esencia, su independencia en cuanto a tendencias, su capacidad para transformar la atmósfera de una habitación, un mueble o un cajón, solo con su toque especial e intransferible.

Entonces no, no hablamos de trío, hablamos de dos más uno y de un uno, los herrajes decorativos, lo suficientemente independiente como para poder, al mismo tiempo, ser parte de esa pareja que forman bricolaje y decoración y, a la vez, transformarla con un atrevido matiz, con un toque tentador para cualquiera de los dos.

Dicen que dos son compañía y tres multitud y, en ocasiones, puede ser cierto pero, en el caso que nos ocupa, definitivamente, no es así.

Ahora mismo estamos viviendo un momento especialmente dulce que lo demuestra. En plena segunda década del siglo XXI, bricolaje, decoración y herrajes decorativos se han alineado para crear juntos, para diversificarse en diferentes tendencias, para renovar atmósferas, espacios y ambientes con una capacidad transformadora que ha convencido a todas las musas del Olimpo para que los sigan e inspiren.

El trío, que no es tal, está en racha.

En ocasiones, sentimos la irrefrenable necesidad de renovar nuestro entorno, de darle otro aire y, muchas veces, recurrimos a un cambio de muebles, aunque solo sea de sitio, a una nueva iluminación o a renovar la tapicería pero ¿qué pasa cuando las estrellas se alinean, cual constelaciones milenarias y surge un nuevo grupo de cuerpos celestes y luminosos? Pues que hay que aprovechar la oportunidad mientras dure, ni más ni menos, no vaya ser que se trate de una estrella fugaz o de un cometa que no vuelva a visitarnos en décadas.

Ese es el momento que estamos viviendo, ese es tu momento para hacer una apuesta a tres bandas, no hay riesgo, ya hemos visto que los astros nos sonríen.

La decoración ha sabido entender el signo de los tiempos y ha atrapado la necesidad, el placer y el interés por la creación de lugares personalizados, especiales y únicos.

El bricolaje ha entendido el desafío y ha recogido el guante, no hay más que echar un vistazo a las salas de venta de las empresas de bricolaje para darse cuenta de que una revolución se ha puesto en marcha, los clientes han tomado las riendas quieren contribuir al arte y ser parte de esos cambios que van a llevar a cabo en sus casas, B2C, en sus espacios profesionales, B2B. Es decir y al fin y al cabo, en sus vidas.

Y, como no podía ser de otro modo, los herrajes decorativos, están al quite, como siempre, con su camaleónica capacidad transformadora, con su energía arrolladora, dando ideas aquí y allí.

No importa lo exigente, vanguardista o clásico que sea el cliente, siempre habrá un herraje decorativo que encaje en su proyecto y lo realce.

Y no hablamos solo de estética.

Los herrajes decorativos han sabido estar a la altura en las nuevas y bienvenidas prácticas industriales que reclaman, por ética profesional, por demanda de su publico y por derecho, un proceso de fabricación sostenible de principio a fin, unos materiales sostenibles para un resultado duradero.

Bricolaje, decoración y herrajes decorativos, no importa verlos como un trío, como un grupo o como una operación matemática de 2+1, porque, entre los tres, hay una sinergia tan especial que trasciende hasta los lineales de las salas de venta más exigentes y respetadas y aterriza, convertida en artísticos y múltiples proyectos, en las casas de esos clientes que han decidido asumir también el reto y contribuir a darle otra atmósfera a sus vidas.

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